En China, faroles hechos de seda o papel sirven para atraer a los espíritus de los ancestros en las fiestas del año nuevo chino. Al terminar, los mismos faroles les ayudan a volver al más allá.
Todos los años, quince días después del año nuevo chino, se celebra este festival con el que concluyen los festejos propios de la llegada del año. Y entonces hay un desfile y la gente sale a la calle con minuciosos faroles hechos de seda o papel y con forma de mariposas, dragones, pajaros o flores.
Se supone que estos faroles sirven, en un primer momento, para atraer a visitantes y espíritus hacia la fiesta. Se supone, también, que luego servirán para llevar de vuelta a los espíritus hasta el más allá. Los chinos creen, además, que poner un farol en la entrada de la casa, en el jardín o en el bote atrae bendiciones y buena suerte. Tras ver los bellísimos faroles, es imposible pensar que no es así.
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